… Prometeo salió a hurtadillas y dio el fuego a la humanidad. Zeus juró vengarse. Hizo encadenar a Prometeo, desnudo a una columna de las montañas del Cáucaso, donde un buitre voraz le desgarraba el hígado durante todo el día un año tras otro; y el tormento no tenía fin, porque cada noche (durante la cual Prometeo estaba expuesto al frío y la escarcha) volvía a desarrollársele por completo el hígado…
Robert Graves, Los mitos griegos I
Así se llama nuestro Anagama. Nuestro Prometeo.
Que el fuego nos convoque!
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